jueves, 12 de agosto de 2010

¿Por qué?

"Condenadme, no importa, La historia me absolverá." Fidel Castro en defensa propia en el juicio que inició el gobierno de Baptista por el asalto del 26 de julio de 1953 al cuartel de Moncada.

@Gunner2188
- Mauricio Ortiz

- Luis Hernán Landívar Pimentel

@Gunner2188: Oigan, después del numerito de Fidel, ¿El título de AMLO sigue siendo presidente 'legítimo'? ¿Ó cambio a 'Comandante Andrés'? #DudasQueMatan

: @Gunner2188 ¿El numerito?... cuándo hagas algo por tu país como lo que él hizo por el suyo... Lo juzgas. ¿ok?

@Gunner2188: Si, el numerito. Eso de que ses bueno lo que ha hecho (asumo que eso intentas decir) es MUY debatible, y en la isla hay MILES de personas que no están de acuerdo con esa... percepción tuya. Y en todo caso, si lo que ha hecho, en efecto, está bien (algo que abiertamente pongo en duda) eso no quiere decir que uno tenga que aplaudirle todo lo que diga y MENOS si interfiere con la política de mi país basándose en el libro que escribió el mentado 'Comandante Andrés' como ÚNICA evidencia. Yo no soy militar ni pienso serlo, pero soy CIUDADANO MEXICANO así que TENGO TODO EL DERECHO de criticarlo, esa es la diferencia de un país democrático como el mío y una dictadura como las que tú tanto admiras. Así que en resumidas cuentas: NO MAMES.

---o---o---o---

Ok... pensé en responder por el mismo medio en el que comenzó el debate (twitter.com), pero me convencí de que esto merece mucho más que 140 caractéres o los que tweetlong te permita.


¿Por qué defiendo a Fidel Castro cuando hace una declaración un tanto fuera de lugar?

La respuesta, señoras y señores, es fácil, pero larga.

Admiro a Fidel porque es uno de los pocos seres humanos que se atrevió a tatuarse la bandera de su país en el corazón. Porque, poniendo en riesgo muchas vidas, es verdad, se animó a agarrar un fusíl y luchar contra un régimen injusto, contra un poder absoluto, contra un imperio, en ánimo de hacerse mundial, que estaba bajo el mando de un líder hipócrita y cobarde que se escondía detrás de la CIA: Henry Kissinger. Admiro a Fidel porque, a base de convicciones, ideas firmes, voluntad y trabajo, logró darle dignidad a un pueblo que, por declararse en rebeldía, fue internacionalmente encarcelado. Admiro al mayor de los Castro porque su concepto de dignidad es inmenso; en él están implícitas varias cosas: Educación para todos y cada uno de los ciudadanos de la sociedad que lidera ideológicamente. Salud (envidiada por los países más poderosos del planeta) integral para madres, bebes, abuelos, padres y todos los cubanos. Admiro a Fidel Castro por su alto interés en el desarrollo cultural y artístico de su pueblo; porque el ballet nacional cubano es la directa competencia del Bolshoi; porque el cine cubano, con muy poco dinero, no tiene nada que envidiarle al de Hollywood, es más, tiene mucha estética y profundidad de contenido que presumirle. Admiro a Fidel porque, a pesar de los errores cometidos y de la dureza con la que gobierna, no hay fuerza humana que lo haya logrado quitar de donde está por una sola razón: La gran mayoría del pueblo que gobierna lo apoya. Admiro a Fidel Castro porque, gracias a la educación que imparte, los que están en contra hacen ruido... Sí, ellos no se conforman con poner un mensaje en una red social o en decirle al vecino que su gobierno tiene la culpa de todo. Son ciudadanos activos, gente que opina, personas que, como él (en su mejor momento), están dispuestos a dar la vida por su país. ¿Cuánta falta nos hace gente así? ¡Cuánta falta! Los que están de acuerdo lo siguen, están presentes en sus discursos, lo leen cuando escribe, se preocupan por su salud. Los que no, le están haciendo bulla al oido todo el día, con todas sus ganas. Admiro a Fidel porque, sin su convicción, los que no están de acuerdo con él, no la tendrían. Admiro a Fidel porque, conciente de su realidad, de que necesita liberarse económicamente para crecer, pero no se lo permiten, extiende la mano a quien lo necesita. No escatima cuando da. Si cualquiera de los países lo solicita, le manda médicos, los mejores que tiene. Admiro a Castro porque no da lo que le sobra, da lo que tiene... (Eso es bíblico, un dato curioso para aquellos católicos o cristianos que lo detestan).

Porque admiro a Fidel, lo escucho. Su experiencia en la política y la gestión pública no es poca y algo bueno debe de comunicar lo que propone. Estoy consciente de que, como tu o como yo, no es dueño de la verdad y puede equivocarse (repito, como tu o como yo). Pero ese señor ha dado cada una de sus canas y sus arrugas por su país, por salir adelante, por sacar a flote a un pueblo.

Porque admiro a Fidel, me molesta que lo critiquen. Me molesta más cuando lo critíca gente que habla, no actúa. Personas que, lastimosamente, no estamos (porque aun me incluyo) dispuestos a entregar alma, vida, mente y corazón por nuestros ideales.

Tu. Sí, tu. El que cuestiona si lo que Fidel hizo o hace es bueno o malo, ¿Qué estás dispuesto a hacer por México? Twittear, "verbear" (de palabra o de escritura), presumir ética y moral, no son respuestas válidas si no van directamente acompañadas de acciones como las que el hoy criticado Fidel tomó y sigue tomando. Piénsalo y actúa. ¡Lo necesitamos ya!


Boliman

domingo, 28 de febrero de 2010

¿Quién tiene la culpa?

“El mayor castigo para los que no se interesan en la política es que serán gobernados por gente que sí se interesa en ella.”

Arnold Joseph

18 días de no ingerir alimentos. Eso fue lo que aguantó Orlando Zapata Tamayo, autoproclamado disidente del gobierno cubano. Preso político según los opositores al régimen. Desacatador y rebelde según los oficialistas.

En su momento lo dijo el mismo “Che” Guevara: “prefiero morir de pie, que arrodillado frente al enemigo”… pero ¿Quién es el verdadero enemigo de Orlando?

Criticado por muchos líderes políticos, el régimen castrista es duro con sus opositores y, como no pertenece a un eje fuerte internacionalmente, esta dureza significa un gran show mediático contra los “asesinos” que no “respetan los derechos humanos”… ¿Y qué gobierno tiene autoridad moral para criticar? Revisemos algunos ejemplos:

  • EEUU: 10 hombre y 5 mujeres pagan penas de hasta 102 años por pedir la soberanía e independencia de su país. (Vamos, ninguno de ellos se animará a hacer una huelga de hambre porque no hay medio con poder suficiente para hacer el escándalo que despertó la muerte de Orlando). ¿Cuántos prisioneros políticos más hay en Irak o Afganistán? Es necesario recordar que Cuba es, económicamente hablando, un preso político de los Americanos, desde el bloqueo (medida anticuada que lo único que hizo fue darle un pretexto más a Castro para ser más duro con sus disidentes) los cubanos están en una “huelga de hambre” obligada.
  • México: 12 hombres fueron detenidos en 2006 por tratar de impedir la construcción de un aeropuerto en Atenco. La aprehensión se hizo sin orden alguna, condenándolos a 30 años de prisión. Vale la pena acordarnos de todos los estudiantes de la UNAM que siguen en el bote desde que el ejército tomó dicha institución en varias ocasiones.
  • Brasil: Hace tres años el “Movimiento sin tierra” de Brasil organizó protestas en Sao Paulo, ahí más de 300 personas que piden un terreno para generar economía fueron aprisionadas sin proceso alguno (ojo: los presos cubanos querían que Lula medie, creo que no lo hizo porque sabe que no es “trigo limpio”)
  • España: Zapatero exigió que los presos cubanos sean liberados, pero olvidó que, a raíz del atentado del 11M, como todos lo conocen, varios policías fueron detenidos por “revelar secretos de investigación”, cuando tan solo buscaban informar acerca de una tragedia que vivieron los españoles. Cuatro de ellos siguen siendo “procesados” hasta hoy.

Es difícil culpar a alguien por la muerte de Orlando, él se dejó morir por convicción o por terquedad. No es posible decir que fue asesinato porque nadie le disparó… o a lo mejor le dispararon varios: el gobierno de los Castro, la represión política norteamericana hacia la isla, el silencio de Lula, la tibieza de Zapatero… ¿o no?

martes, 15 de septiembre de 2009

Mami, voy a matar al "profe" de Historia...

¡Riiiiing!¡RIIIIIIING!... mi teléfono móvil, el detector de llamadas decía: "Número Privado". Contra toda recomendación gubernamental y policial, me dispuse a contestarlo. Un tímido y sombrío "hola" fue lo único que alcanzó a salir de mi boca. "¡Hola hijito!, ¿Cómo te fue en tu examen de historia?", se escuchó del otro lado de la bocina. Era mi madre, sí, la misma que todos los días se parte el lomo trabajando por pagar mi universidad y mi vida en México D.F. ¿Qué le podía decir? Por mi mente sólo pasaban las imágenes de mi fracaso, de mi derrota ante ese maligno y poderoso enemigo: mi profesor de Historia. Aun no sabía que decir. Desde la estrepitosa caida en aquella prueba de conocimientos, me costaba formular oraciones completas y con sentido. "Hijo, ¿estás ahí?"... ya era suficiente la tortura para mi madre. "Mamá, voy a asesinar al "profe" de Historia". Hasta ahora me pregunto el por qué de mi actitud, pero no la de la intención de acabar con los despertares de mi maestro, la duda era acerca de la razón, motivo o circunstancia que me llevaron a confesarselo a mi progenitora. Pequeño gran error. Un grito, un inmejorable y patético grito fue lo que mi mamá emitió: "¡QUÉ!". Como ya había abierto mi sagaz y elocuente boca, le conté la historia completa. La puse al tanto de cómo, en una reunión post-examen, habiamos ideado un malévolo plan entre mis compañeros de semetre, para "darle cuello" al absolutista y cuasi monárquico catedrático. Me dí a la tarea de explicarle que la gran mayoría habiamos estudiado dias antes, durante largas horas, para encontrarnos con diez preguntas formuladas con la intención de acabar con nuestro sueños, nuestras metas, ¡NUESTRAS BECAS!. Le comenté que había posiciones mas moderadas, como la de esperar a que salga del aula, amarrarlo y llevarlo, contra su voluntad, a confesar sus pecados en el oratorio. Esperar a que le den, por lo menos, tres rosarios en latín y cuarenta "Padresnuestros".... pero a la mayoría nos parecía demasiado girondinezco. ¡Queriamos ver sangre!, entretenernos con un guillotinazo certero y de paso, acabar con el obstáculo más grande del semestre.

Mientras le contaba la historia me puse a pensar en algo que no había tomado en cuenta. A mi madre le comencé a "dar el avión", porque en realidad estaba meditando en las razones por las que mi detestado maestro había hecho aquello. No podía estar tan loco. Él pasó por lo mismo. Disfrutó (con un pequeño desliz en séptimo semestre, tengo entendido) mucho su carrera de Historia en la Universidad Iberoamericana. Estoy seguro que, por la fama que tiene de ser el más exigente en sus exámenes, sabía que nos ibamos a matar (literalemente) estudiando. Llegué a dos conclusiones: 1) Ahora está tranquilo porque sabe que los conocimientos los tenemos aunque los números del exámen sean contradictorios. 2) Definitivamente es tan buen profesor que lo que menos le importa son los resultados en los parciales, y nos pondrá realmente a prueba en el trabajo final.

Admirado por su inteligencia y convencido de que no lo detesto, ni es un obstáculo (es más a Iñigo, lo considero un ejemplo y un gran tipo), me quedo con una duda: ¿Qué vamos a hacer para obtener el promedio suficiente para no perder nuestras becas?. Ustedes se quedan con otra: ¿Qué paso con la llamada de mi madre?.

viernes, 11 de septiembre de 2009

¡Qué subieron el impuesto!

Cómo todos los días entré a la estación del metro Copilco a las 6:30 de la mañana, me aproximé al puesto de prensa escrita y me enteré de lo que todo México hoy, se queja. El periodiquero, un tipo al que se le notan los años de vida en la cara y en los ojos, me comentaba apesadumbrado, "ya nos cargó la chingada joven, nos quieren subir el precio hasta de las tortillas". Me quedé tan preocupado que me atrevi a llamarle a mi comadre Filomena. La pobre estaba en un llanto. "No voy a poder comprar ni mis cuatro panes dulces para el desayuno" me decía con una agobiada voz, "tranquila comadre, una conchita nadie se la niega" fue lo único que atiné a responderle.
Pasó el día y yo seguía con la voz de mi amigo periodiquero y de mi comadre Filomena en la mente. Me ocupé de investigar y me quedé anonadado. "El impuesto contra la pobreza", de nuestro amigo Calderón, ¡le va a subir las facturas a los pobres! ¡Pero que divertido!... no. En ese mismo instante me acordé que la selección enfrentaba al equipo Hodureño esa misma noche. No dudé en marcarle al buen Diego para proponerle ir a ver a nuestra esperanza nacional al colóso de Santa Úrsula, me dijo que por supuesto iríamos. Tuve que hacer otra llamada, pero esta vez de carácter burocrático..."Mami, voy a ir al partido con Diego". Mi santa progenitora decidió gritarme una lista de obligaciones pendientes (y pensar que yo sólo quería el permiso). Ante la negativa de mi madre me dispuse llamar a Dieguinho, como le digo de cariño. Agarré el celular y me llegó un mensaje de la suscripción informativa que tengo: SECUESTRAN AVIÓN EN AEROPUERTO INTERNACIONAL DEL DISTRITO FEDERAL. ¡No ma!¡No chin!¡No jo!... Inmediatamente encendí el televisor más cercano y a lo largo de la tarde, hasta el inicio del partido, mis sentidos estuvieron todos sobre el loco sudamericano que en nombre de Dios había atacado el orden social... Ahora me pregunto ¿Qué pasó con los impuestos?

jueves, 28 de febrero de 2008

La Globalización de Nuestros Dias

Son las 7 de la mañana, mi despertador es una radio. Escucho que en el debate de ayer por la noche Hillary Clinton volvió a atacar a Obama mientras me visto.
8 en punto. Salgo de mi casa para tomar el trufi. Me subo y escucho a John Arandia hablando acerca de la separación de Kosovo con Serbia.Me entero que Rusia esta desesperadamente preocupada por la posible separación de sus regiones autonomas. La señora que está sentada a mi lado se queja por la severa inflación que afecta a nuestro país, mientras el señor que esta en el asiento del copiloto le comenta que en realidad la inflación es un problema mundial, todos los precios se aumentaron un 40% en promedio.
8.10 am. Entró a lo que sería un día normal en mi colegio. Mi primera clase es geografía, el tema es la globalización. Hablamos acerca de como la recesión estadounidense podría afectar la economía mundial. Al tiempo que el profesor habla me sumerjo en mi mente, me pongo a pensar en como la revolución Keniana y sus muertos me causa el mismo dolor que a mis hermanos africanos. Comparto la alegría con todos lo hinchas del Real Madrid por su última victoria, pero al mismo tiempo mi corazón está inmerso en el sufrimiento de los colombianos y sus políticos secuestrados. Estoy al tanto de los últimos inventos electrónicos en el japón, y me interesa conseguir el libro que acaba de publicar un afamado filosofo francés.
Eso es Globalización. La Globalización de nuestros días.